Todo sobre el celo en gatos

Todo sobre el celo en gatos

Como ya sabrás, el celo en gatos es la temporada en la que están sexualmente receptivos y en busca de una pareja para procrear. La gata tiene varias ovulaciones, es decir, varios celos, al año. Te contamos cómo funciona este proceso y qué cambios supone para tu gata.

 

Comportamiento durante el celo en gatos

Durante el celo, los gatos pasan por una temporada de grandes cambios hormonales, por lo que su comportamiento se ve afectado. Vamos a ver de qué manera ocurre:

Comportamiento durante el celo en gatos

Comportamiento de las hembras durante el celo

  • Cuando la gata está en celo se vuelve mucho más mimosa y cariñosa con su dueño, incluso si normalmente es bastante arisca o solitaria. Durante el celo buscará cariño y atención, así como contacto constante.
  • Un comportamiento común en las gatas en celo es tumbarse boca arriba y revolcarse en el suelo o sobre alfombras.
  • Para que los machos la oigan y acudan en su busca, empiezan a maullar mucho y más alto de lo normal, lo que puede llegar a resultar bastante molesto.
  • Se lamen los órganos sexuales, que están inflamados.
  • Para esparcir sus feromonas y así atraer a los gatos, las hembras orinan por la calle (si se les permite salir) o por casa, fuera del cajón de arena. La orina durante esta época tiene un olor más intenso, similar al del amoniaco.
  • Es habitual que la gata en celo tenga menos apetito.

 

Comportamiento de los machos durante el celo de las hembras

El celo en gatos macho como tal no existe, no tienen períodos concretos de fertilidad, pero desde que alcanzan su madurez sexual están receptivos a las señales de gatas en celo en todo momento.

  • También se hará pis por casa y por todas partes.
  • Al detectar a una gata en celo cerca, intentará por todos los medios escaparse de casa para ir a buscarla.
  • En la calle, su instinto territorial se disparará, lo habitual es que se vuelvan más agresivos e incluso entren en peleas con otros machos para mostrarse como machos alfa frente a las hembras.

¿Cuándo se da el celo en gatos?

Cuándo se da el celo en gatos

El celo de las gatas es estacional, pero varía dependiendo de si son callejeras o si viven en una casa.

  • En el caso de las gatas callejeras, tienen el celo cuando los días tienen más horas de luz. Durante primavera y hasta octubre aproximadamente, una gata callejera tendrá ciclos de celo uno tras otro si no queda preñada.
  • Las gatas caseras, por el contrario, se ven menos afectadas por la luz del día y las estaciones, ya que el ambiente del hogar es diferente. Al haber una temperatura cálida por la calefacción, una gata mascota puede entrar en celo también durante el invierno.

¡La exposición a la luz solar influye directamente en el celo de las gatas! Cuanta más luz reciba, antes le llegará el celo. Esto es un reflejo de su mecanismo de defensa en el mundo salvaje: el celo les llega cuando hay más horas de luz, es decir, durante primavera y verano. Durante esa época, también es más fácil sobrevivir: el clima es más cálido y hay más hierba, frutos y otros recursos para alimentarse. ¡Se coordinan con la naturaleza para sobrevivir ellas y sus gatitos!

 

¿Cuándo le llega a una gata su primer celo?

Cuándo le llega a una gata su primer celo

Una gata tiene su primer celo entre los 6 y 9 meses de vida generalmente, aunque esto puede variar. Algunas gatas lo tienen a los 4 ó 5 meses, ya que algunas circunstancias pueden acelerar la llegada de la fertilidad:

  • Para tener su celo, la gata necesita tener un peso mínimo. Si lo alcanza antes de los 6 meses, el celo podría aparecer.
  • Si la gata convive con un macho también puede aparecer un celo más temprano.
  • Como hemos dicho, los días con más horas de luz favorecen la llegada del celo.
  • La raza; los gatos de pelo corto alcanzan la madurez sexual antes que los de pelo largo.

Los machos, por su parte, también alcanzan la madurez sexual entre los 6 y 10 meses y se mantienen fértiles y receptivos a las hembras durante toda su vida desde ese momento. Por otra parte, una gata puede quedarse preñada desde su primer celo, incluso si ha sido precoz y ha llegado antes de los 6 meses, una gata en celo ya está preparada para tener bebés.

Por eso, si no deseas que tu gata tenga descendencia (y si no eres criador profesional te aconsejamos que así sea), lo mejor es esterilizar a tu gata. Evitarás camadas indeseadas y además apaciguarás su carácter, evitarás el cáncer y otras enfermedades y alargarás su vida. Existe una creencia muy extendida de que las gatas y las perras necesitan al menos parir una vez en su vida para estar sanas, pero esto es completamente falso. Tener una camada no afecta en absoluto a la salud ni a la felicidad de un animal.

Fases del celo en gatos

Fases del celo en gatos

El celo de las gatas consta de varias fases diferenciadas:

  1. Proestro: es el inicio de la ovulación y dura uno o dos días. La gata comienza a comportarse de forma más cariñosa y sensible, pero aún no está receptiva sexualmente.
  2. Estro: es la etapa de celo como tal, los días de mayor receptividad a la cópula. Dura entre 3 y 14 días aproximadamente. Una curiosidad de las gatas es que son de ovulación inducida, es decir, la ovulación se produce en el momento del coito.
  3. Interestro: en caso de no producirse la ovulación, hay un período de descanso de unos 3 a 14 días hasta que se produce otro celo. Por eso, una gata que no es fecundada puede estar intermitente en celo durante todo el año.
  4. Diestro o «falsa preñez»: si la hembra es montada pero no resulta embarazada, su útero se prepara para una posible gestación, que no llega a ocurrir y en unos días vuelve a la normalidad. Al volver a su estado normal, puede repetirse el proestro.
  5. Anestro: época de reposo sexual, es decir, falta de celo. Puede durar entre mes y medio y tres meses, que suelen coincidir con el invierno.

 

¡Recuerda! El celo en gatos es algo natural, pero esto no significa que no debas darle la importancia y atención que merece. Si no deseas que tu gata tenga descendencia, ¡esterilízala cuanto antes! Te ahorrarás muchos inconvenientes y ella ganará en salud. Dejar que las mascotas procreen es una gran responsabilidadm ¡no te la juegues!

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