Por suerte, hay mucha gente en el mundo dedicada a cuidar de los animales y darles la oportunidad de tener una vida mejor. En ocasiones, se hace incluso de forma desinteresada. Conocemos las perreras, las protectoras, las casas de acogida, los refugios… ¿Cómo es posible que haya tantas opciones? ¿O es que son lo mismo? En este post te explicamos las diferencias entre una casa de acogida y una protectora de animales.
Pero…¡Recuerda! Si estás pensando en adoptar una mascota, ¡hazte estas preguntas antes!
¿En qué se diferencian una casa de acogida y una protectora de animales?
En realidad, los términos son diferentes porque estos lugares también lo son.
Una protectora de animales es una organización de carácter voluntario, donde se vela por el bienestar animal sin ánimo de lucro. Los voluntarios se dedican a recoger animales abandonados y los llevan a sus instalaciones para poder cuidarlos. Además, se ocupan de salvar a cuantos animales sea posible de los sacrificios en las perreras: acogen a todos los que pueden, y cuando no tienen más espacio contactan con otras protectoras para planificar el traslado. Por otra parte, en las redes sociales siempre hay campañas de adopción animal.
Mientras los tienen en sus instalaciones, los voluntarios de la protectora de animales se encargan de cuidar a los animales, haciéndose cargo de su alimentación, higiene, salud…
Otra diferencia importante entre la casa de acogida y la protectora de animales es que esta última debe estar registrada legalmente como entidad, mientras que cualquier domicilio que cumpla las condiciones puede ser una casa de acogida.
¿Cómo funciona una casa de acogida?
Aunque persiguen el mismo fin, hay una diferencia fundamental entre las protectoras de animales y las casas de acogida. Las casas de acogida son el recurso al que se recurre cuando la protectora ya no puede albergar a más animales. Entonces se buscan voluntarios que quieran prestar su casa para cuidar temporalmente a estos animales, procurando que la compatibilidad de ambos sea la mejor posible. Normalmente se buscan casas grandes, pues lo ideal es que una misma persona pueda acoger a dos o más mascotas de la protectora de animales.
Cuando una persona se dirige a una protectora de animales con intención de adoptar, normalmente se le redirige a las casas de acogida, pues esos animales tienen prioridad de adopción.
¡No es lo mismo adoptar que acoger!
La acogida es temporal, hasta que el animal encuentra un hogar definitivo. Adoptar sí es definitivo. Hay animales que son adoptados directamente, y otros que pasan por una fase de acogida hasta encontrar a su familia ideal.
Las diferencias entre una casa de acogida y una protectora de animales, como hemos visto, son anecdóticas. Tienen una forma diferente de organizarse, se complementan la una a la otra… pero ambas buscan lo mismo: luchar por dar a los animales una segunda oportunidad, y además, de manera desinteresada (aunque en el caso de las adopciones, los refugios cobren una pequeña suma de dinero para cubrir gastos de vacunas, etc).
¿Y las perreras qué hacen?
¿Qué ocurre con las perreras? ¿Funcionan igual? ¡Para nada! Las perreras son organismos creados por los ayuntamientos, que tienen el fin de recoger los animales abandonados y perdidos de las calles. La Ley de Protección Animal dicta que todas las poblaciones deben contar con unas instalaciones de este tipo para regular la presencia de animales callejeros.
Hasta ahí, todo parece igual que antes, ¿verdad? Gente que se dedica a recoger animales de las calles para llevarlos a otro lugar. Pero es ahora cuando la cosa cambia: una perrera, a diferencia de las casas de acogida y las protectoras de animales, tienen permiso de sacrificar a los animales recogidos si no han sido reclamados en un plazo de 21 días. Sin consecuencias legales. Por supuesto, intentan encontrar a los dueños si la mascota tiene microchip. Pero si nadie ha ido a recogerlos pasadas tres semanas… ¡los sacrifican!
Otra diferencia entre las perreras y las casas de acogida y protectoras de animales es que, además de hacer un trabajo sucio, ni siquiera lo hacen de forma desinteresada. Los ayuntamientos pagan a las perreras para que se «deshagan» de los animales abandonados. ¡Horrible!
¿Quieres ser casa de acogida?
Si quieres acoger de forma provisional a un animal abandonado, ¡es una genial idea! Te recomendamos que te informes bien y busques opciones de acogida en tu ciudad, preguntes en asociaciones, etc. Le darás a un animal una nueva oportunidad y además a ti te puede servir para comprobar por ti mismo si puedes y quieres tener una mascota permanente. ¿Quién sabe? ¡Quizás adores la experiencia y quieras adoptar definitivamente a ese animal! Recuerda que adoptar a un perro anciano, ¡también es una buena opción!