¿Alguna vez has visto a un perro que le tenga miedo a todo? ¿Es el caso del tuyo? Lo cierto es que es una situación preocupante, que incluso nos puede llegar a desquiciar cuando el perro se niega, por ejemplo, a salir a la calle. Quizás no lo sepas, pero si ese es tu caso, puede que tu mascota padezca el síndrome de privación sensorial en perros. Te explicamos qué es y qué lo provoca.
¿Qué es el síndrome de privación sensorial?
El síndrome de privación sensorial en perros es un problema que aparece en los canes y que provoca un miedo muy grande en el animal relacionado con prácticamente todo lo que le rodea (seres, objetos, sonidos).
Normalmente se presenta en perros en cuyo periodo más importante de la socialización (desde las 3 primeras semanas de vida hasta que cumplen los 4 meses) no recibieron los suficientes estímulos en su entorno.
Hay que recalcar que durante ese periodo es cuando los perretes aprenden a relacionarse tanto con los miembros de su especie, como con otros animales, con las personas y con el entorno.
Y no solo eso, sino que en esa etapa, al faltar estimulación, se altera el desarrollo normal de conexiones interneuronales. Esto afectará a las estructuras del cerebro responsables de desarrollar la capacidad de adaptación al entorno y de responder ante un miedo.
Si, por ejemplo, un cachorro se mantuvo aislado durante ese periodo o muy privado de estímulos, su socialización no se llevó a cabo correctamente, por lo que es muy normal que surja en él el síndrome de privación sensorial.
Al no haber recibido los estímulos necesarios, ahora cualquiera de ellos le parece una amenaza que le provoca un miedo desmedido.
Las fases del síndrome de privación sensorial en perros
Este síndrome canino va empeorando a medida que pasa el tiempo si no se le pone remedio. Las etapas por las que pasa el can, son:
Primera etapa
El perro va desarrollando fobia a diferentes estímulos. Dichas fobias pueden ser a ruidos de la calle, en el lugar que habita, presencia de personas o de animales, etc.
La consecuencia, además del miedo desmedido, es la aparición de episodios de ansiedad en momentos concretos.
Segunda etapa
El perro que pasa a la segunda fase del síndrome de privación sensorial deja de llevar a cabo conductas cotidianas y necesarias como la alimentación normal, jugar o husmear a su alrededor.
En este estadio, la ansiedad es habitual en él, pudiendo darse casos de estereotipias, es decir, conductas compulsivas como puede ser lamerse sin parar.
Tercera etapa
Las fobias se han hecho con la salud emocional del animal. El estado de ansiedad es tan avanzado que el can entra en depresión.
Se aísla, sufre letargia, aparecen conductas inapropiadas como hacer sus necesidades en sitios incorrectos, e incluso, puede perder el control de sus esfínteres. También es posible que su mínima actividad la realice por las noches cuando nadie le observa.
Síntomas del síndrome de privación sensorial en perros
Aunque en las etapas ya hemos mencionado algunos de los signos que refleja este problema, vamos a especificar aún más aquellas señales que te pueden indicar que tu perro lo padece:
- Aislamiento, intenta esconderse con mucha frecuencia.
- En algunos casos, sucede lo contrario y sufre hiperapego hacia una persona.
- Su postura corporal es encogida, con el cuerpo bajo y en actitud de defensa si presenta agresividad.
- Rechazo al contacto físico.
- Miedo ante cualquier estímulo, prácticamente todos los de su entorno.
- Se vuelve agresivo cuando siente miedo si observa algo que no es común a su ambiente.
- Pierde el apetito y solo come cuando está solo, normalmente de noche.
- Ansiedad, que puede ir incrementándose con el tiempo.
- Depresión.
- Letargia.
- Derivado de todo ello pueden darse problemas de salud como pérdida de peso, de pelo, problemas en la piel, problemas estomacales, etc.
¿Qué puedo hacer para impedir el síndrome de privación sensorial en perros o para ayudarles si ya lo sufren?
Cuando los perros son cachorros, lo ideal es que no se les separe de su madre, como mínimo, hasta que se produzca el destete.
De esta forma y entre otras cosas, podrán comenzar a socializar correctamente. Al mismo tiempo que va socializando con los de su especie, se le debe ir presentando otro tipo de circunstancias, como la presencia de de personas.
Es cierto que no es recomendable sacar a los perros a la calle antes de ponerle las vacunas, pero sí deben ir recibiendo poco a poco algunos estímulos.
Si el cachorro ha sido separado de otros perros y empieza a presentar síndrome de privación sensorial, un etólogo canino te ayudará con clases de socialización, donde se le irán presentando estímulos favoreciendo una correcta socialización.
En el caso de perros adultos, la terapia con el etólogo pasará por intentar modificar la conducta asociada al síndrome de privación sensorial. El objetivo principal es enseñarle a gestionar emocionalmente de manera correcta las diferentes situaciones o estímulos causantes de fobias.
También es importante la visita al veterinario. Los problemas de salud derivados de este problema deben también ser tratados. Por ello, una visita a tu veterinario de confianza para que examine a la mascota ayudará a determinar si el perro necesita de algún medicamente que le ayude.
Otra opción es la utilización de métodos complementarios naturales que ayuden a lidiar con el estrés y la ansiedad, como la homeopatía, las Flores de Bach, el método Tellington Ttouch, etc.
Por último, las feromonas artificiales para reducir el estrés que se emplean en difusores pueden ser también una ayuda en casa.