Muchos compañeros humanos de felinos se hacen la misma pregunta: «¿por qué mi gato me lame?». Y es que es verdad que ese comportamiento que solemos asociar con cariño es más común de los perros que de los gatetes. ¿Cuáles son los motivos por los que un gato lame a las personas? ¡Veámoslos!
Mi gato me lame: estas son las razones
Hay varias razones que dan respuesta a que un gato lama a su dueño. Estas son las más comunes:
1. El instinto los llama y da tres buenos motivos
Una de las razones que explica ese comportamiento viene de su propia naturaleza. Pero no vamos a quedarnos ahí, ya que eso se traduce en:
- Mi gato me lame para socializar
Entre gatitos es muy común que se laman para socializar entre ellos.
Es por eso que si tu gato te considera parte de su familia (aunque no seas de su especie) te lama. ¡Es una bonita muestra de amor!
- Mi gato me lame por cariño
Esto va estrechamente relacionado con el punto anterior. Y es que los gatetes no solo se lamen entre ellos para socializar. También lo hacen como una muestra de cariño. Por lo tanto, es muy normal que tras unas caricias o muestras de afecto hacia él, tu gato te lama.
Los gatetes son muy limpios y su forma de asearse es con lamidos. Si el gato ha creado un gran vínculo contigo, no te extrañes si de pronto empieza a lamerte para acicalarte.
2. Marcar su territorio
Los gatos van realizando marcaje por todo aquello que consideran suyo a través de su olor.
Restregar su lomo, su cabeza, su culete, pero también su lengua, es una forma de decir: ¡esto es mío! Las partículas olfativas que desprenden a través de su cuerpo y su saliva son imperceptibles para nosotros, pero no para ellos.
Al dejar su olor avisan a otros gatos (y perros) de que eso que han marcado es de su propiedad. Y sí, a veces los animales nos consideran de su propiedad… así que no te extrañes si te lame.
3. Hueles/sabes rico
¿Has estado cocinando? Quizás hayas estado preparando algo que tu gato considera un manjar sabroso tanto para sus papilas gustativas como para su olfato.
O quizás simplemente has estado comiendo algo que ha atraído su atención.
Por eso, si de repente sales de la cocina y no te has lavado las manos, puede que tu gato se acerque y comience a lamértelas.
¡Esperamos que no te lleves un mordisquito!
4. Quiere llamar nuestra atención
Otro de los motivos por los que mi gato me lame es porque quiere llamar mi atención.
Puede ser que sepa que es hora de ponerle su comida, que quiera jugar conmigo o que desee que le regale un par de cariñitos.
5. Está estresado o sufre ansiedad
Los felinos pueden sufrir estrés y/o ansiedad por diversas razones. Lo primero que queremos aclarar es que los síntomas pueden ser más leves o más graves, pero hay que ponerle solución a este problema si no queremos que nuestro gato sufra.
Uno de los síntomas que podemos considerar graves son los comportamientos compulsivos que llegan a desarrollar en ocasiones los gatos, con los cuales pueden llegar, incluso, a automutilarse.
Morderse la cola o lamerse continuamente a sí mismos son ejemplos de esos comportamientos, pero también puede serlo comenzar a lamerte a ti constantemente.
Es importante que si esta es la razón por la que tu gato te lame, acudas al veterinario.
Mi gato me lame: ¿debo hacer algo?
Las posibilidades de que un felino transmita alguna enfermedad por lamido son realmente bajas. Sin embargo, como consejo general, siempre debes mantener vacunado y desparasitado correctamente a tu gato.
Por otro lado, como ves, salvo en el caso de que tu gato te lama por estrés o ansiedad de manera compulsiva, no deberías preocuparte en exceso. En ese caso, sí que, como hemos dicho debes ayudar a tu gato a superar su problema y para ello puede ayudarte mucho un veterinario.
En los demás casos solo debes tener en cuenta dos consideraciones:
Si tu gato te ha lamido las manos, la lógica nos dice que luego debemos lavárnoslas. Especialmente si vamos a manipular alimentos.
Debes recordar esto siempre a los peques de la casa.
Y como no: si tu gato te ha lamido para mostrarte su afecto, ¡correspóndele!
Puedes acariciarle como a él le gusta, darle de vez en cuando algún que otro premio o hacerle un masajito.