Todo sobre la fiebre en conejos

Todo sobre la fiebre en conejos

La fiebre en conejos funciona igual que la nuestra y que la de muchos otros animales: se trata de un mecanismo de defensa del organismo para luchar contra los patógenos que causan enfermedades. Pero una fiebre demasiado alta puede ser igualmente peligrosa y es necesario restablecer la temperatura corporal. Además, la fiebre es una señal clara de que tu conejo está enfermo y que necesita atención veterinaria.

Síntomas de fiebre en conejos

Síntomas de fiebre en conejos

La mejor forma de detectar la fiebre en conejos es, sin duda, medir la temperatura corporal con un termómetro rectal. Su temperatura corporal normal se sitúa entre 38,5º y 40º, por lo que si sobrepasa los 40º se considera que un conejo tiene fiebre.

Sin embargo, ese aumento de temperatura no es el único síntoma de la fiebre en conejos, hay algunos otros que te pueden ayudar a darte cuenta de que tu conejo tiene una temperatura demasiado alta:

  • Falta de apetito
  • Desgana
  • Cansancio
  • Ojos llorosos
  • Temblores
  • Nariz caliente y seca
  • Exceso de sueño
  • Malestar general, muestra dolor al moverse o ser manipulado

Se trata de síntomas comunes a la fiebre humana, como puedes ver. Si tu conejo se encuentra así, ¡hazte con un termómetro y mide su temperatura para confirmar que tiene fiebre!

 

Qué hacer ante la fiebre en conejos

Qué hacer ante la fiebre en conejos

Como decíamos, la fiebre en conejos es un perfecto indicador de que algo no marcha bien. Hay multitud de problemas de salud que producen fiebre, como infecciones víricas y bacterianas, reacciones alérgicas, parásitos… Como es imposible saber qué le ocurre, si tu conejo tiene fiebre es muy importante que acudas al veterinario lo antes posible.

Lo más habitual es que la fiebre venga acompañada de otros síntomas de enfermedad, como diarrea, vómitos,  reacciones cutáneas y muchas otras.

 

No olvides que es muy importante estar siempre atento a posibles problemas de salud que pueda tener tu mascota. Recuerda mantener limpio su entorno, ofrecerle un ambiente sano y relajado y ponerle todas las vacunas y antiparasitarios que necesita para mantenerse sano y fuerte.

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