Si tienes perro en casa, posiblemente te habrás preguntado más de una vez cómo es capaz de saber que la hora de su paseo o comida ha llegado. ¡Pues la ciencia lo ha confirmado! Nuestras mascotas saben la hora que es.
Los animales saben la hora
Seguro que más de un día, por cualquier motivo, te has entretenido con algo y han pasado unos minutos de la hora a la que sueles echarle su comidita o salir con él a la calle… ¡pero a tu peludo no! Y ahí está, revoloteando como un loco cerca de su cuenco o su correa, porque sabe perfectamente que es su momento.
Pues sí, un estudio reciente ha confirmado que los animales poseen una representación del tiempo en su cerebro, concretamente una representación explícita del mismo.
Para este descubrimiento, los investigadores de la Northwestern University de EE.UU han trabajado en la corteza entorrinal del cerebro de los animales con un ejercicio en el cual debían controlar el tiempo.
La prueba se llevó a cabo con ratones
En ese ejercicio, se observó la actividad producida en la corteza entorrinal de los ratones durante una práctica.
Dicha práctica, realizada en un entorno de realidad virtual, consistía en que los animales debían girar una rueda durante 6 segundos si querían abrir una puerta para recibir una recompensa.
Cuando los ratones aprendieron el truco, se les eliminó la puerta. Sin embargo, ellos seguían corriendo durante los 6 segundos correspondientes a pesar de que ya no había nada que abrir. Después de los 6 segundos corrían al lugar donde estaba la puerta y atravesaban el espacio.
Las conclusiones fueron claras: los animales son capaces de tener un control sobre el tiempo y el espacio. Ellos no sabían si la puerta estaba cerrada o abierta, pero el concepto interno del tiempo que hay en su cerebro les hacía actuar así.
Unos resultados que pueden dar lugar a otro gran avance
Lo increíble de estos resultados no solo es conocer esa capacidad espacio-temporal de los animales, sino que las conclusiones extraídas del estudio se podrían utilizar en la investigación del Alzheimer.
Esto es así porque una de las primeras zonas del cerebro que se ven afectadas por dicha enfermedad es la corteza entorrinal, la parte estudiada en este experimento y que está relacionada con la memoria.