Una de las enfermedades con mayor seroprevalencia en España es la leishmaniosis. En la actualidad, el aumento de las temperaturas asociado al cambio climático está afectando, en buena medida, al incremento de posibilidades de contagio de esta patología. ¿Quieres saber por qué? ¡Te invitamos a descubrirlo!
¿Qué es la leishmaniosis en perros?
La leishmaniosis es una enfermedad grave causada por un parásito. Tan peligrosa es, que puede resultar mortal para tu mascota.
No obstante, su peligro no acaba ahí: también puede perjudicar a las personas. Es decir, es una enfermedad zoonótica, aunque debes tener claro que tu perro no te podría contagiar directamente.
¿Cómo se transmite la leishmaniosis?
La causa de la enfermedad es la picadura de un insecto, muy similar a un mosquito, que se conoce como flebotomo. Con su actuación, dicho insecto propaga un parásito llamado Leishmania.
El insecto va a transmitir la enfermedad de un can a otro tras haber picado primero a uno ya contagiado.
Para que te hagas una idea de sus características, debes saber que los flebotomos son de tamaño reducido, tan solo de 2-3 mm de longitud. Además, presentan un cuerpo cubierto de pelos y son de color amarillo pajizo.
Se sienten muy atraídos por la luz y si hay algo que los diferencia de los mosquitos es que su vuelo es muy silencioso. Así que si ves a uno de estos insectos volando cerca sin emitir zumbido, ¡ten mucho cuidado!
Síntomas de la leishmaniosis canina
Cuando un perro es contagiado por la Leishmania, comienza un periodo de incubación que puede alargarse varias semanas.
Los primeros síntomas de la enfermedad van a tardar mucho en manifestarse. Y no, no hablamos de días, sino de meses o, incluso, años. Se trata de una patología, por tanto, que se desarrolla muy lentamente en el tiempo.
Las señales que determinan que un can está contagiado de leishmaniosis son muchas y muy variadas, pudiendo darse todas, algunas de ellas o ninguna. Esto último sucede si el perro se encuentra en estado subclínico.
Entre los síntomas más frecuentes, se pueden encontrar:
- Pérdida de peso y también de apetito.
- Cambios en el pelaje y en la piel.
- Diarreas.
- Vómitos.
- Insuficiencia renal.
- Hemorragia nasal.
- Aspecto anómalo de las uñas.
- Lesiones oculares.
- Intolerancia al ejercicio.
- Linfoadenopatía.
En caso de detectar cualquiera de estos síntomas, es vital que acudas con tu mascota a un centro veterinario.
Cambio climático y leishmaniosis: ¿cómo se relacionan?
El cambio climático afecta a nuestras vidas y lo seguirá haciendo mientras no cese. Una de las cuestiones donde más reflejada se ha visto esta realidad es en las enfermedades, sobre todo las de transmisión vectorial. Este es el caso de la leishmaniosis.
Los flebotomos son animales que no pueden producir calor por sí mismos y, por tanto, su metabolismo depende de las temperaturas ambientales externas. Además, son insectos que están activos cuando las temperaturas superan los 16-18ºC y no hay ni lluvia ni viento.
Por ese motivo, hasta hace años la leishmaniosis canina se asociaba con una de las enfermedades más comunes de los perros en primavera y verano, más o menos de mayo a septiembre.
Sin embargo, el cambio climático ha propiciado un aumento de las temperaturas generalizado, lo que ha ampliado la etapa de actividad del flebotomo durante todo el año.
Ahora se comienza a detectar mucho antes de lo habitual (desde comienzos de abril y, en algunos casos, desde finales de febrero o marzo). Por otro lado, dado que los otoños son bastante más templados, su desaparición se retrasa. Muchos años ha estado activo hasta diciembre.
Además, el cambio climático no solo ha ampliado su periodo de actividad, sino que unas temperaturas más altas le posibilitan colonizar zonas donde antes no existían.
Por ejemplo, en áreas españolas consideradas como más frías, como es el caso de Cantabria y Asturias, ha aumentado mucho su presencia en los últimos años.
¿Cómo proteger a mi perro frente a la leishmaniosis?
Debido a las consecuencias que ha traído el aumento de las temperaturas respecto a los flebotomos, como hemos visto, proteger a tu mascota durante todo el año y estés donde estés, es más importante que nunca.
La prevención contra esta enfermedad es fundamental para evitar la picadura del insecto y que esta derive en problemas de salud graves para tu perro.
Para ello, hoy en día existen varios métodos preventivos frente al mismo:
- Uno son las pipetas.
- Otro son los collares, que ofrecen una protección continua ante el flebotomo.
- También existe la posibilidad de administrar medicamentos inmunomoduladores y vacunas, que actúan estimulando el sistema inmunitario del can. Con ello se logra que las defensas del animal estén preparadas para enfrentarse a la enfermedad en caso de actuación del mosquito.
Lo ideal es que consultes con tu veterinario de confianza cuál es el mejor método para tu mascota. Además, las revisiones anuales pueden determinar si el can está contagiado y, en caso de ser así, establecer un tratamiento adecuado.
También debes tener presente que cuando más activos están estos insectos es durante los atardeceres y el anochecer. Debido a ello, tendrás que extremar las precauciones si sales de paseo con tu perro en esos momentos, aunque lo mejor es evitarlo siempre que te sea posible.
Por último, es recomendable hacer una revisión frecuente de tu hogar para comprobar que estos insectos no se han colado por huecos o grietas, y colocar mosquiteras en tus ventanas para impedir su entrada.
¡No te olvides de tomar estas precauciones! En tus manos está proteger a tu mascota y al resto de tu familia.
