¡Tener un hámster como mascota es una excelente decisión! Estos adorables peluditos son la elección de muchos cuando buscan una mascota. Son cariñosos, fáciles de cuidar, tiernos… Pero ¿cómo es tener un hámster en casa? En este artículo vamos a hablar concretamente de los primeros días, qué debes hacer una vez el hámster llegue a casa. ¡Empezamos!
El hámster como mascota: la llegada a casa
Cuando un hámster llega a su nuevo hogar, los primeros días son fundamentales para conseguir que se adapte bien y que confíe en ti. Para conseguirlo, sigue los siguientes pasos:
- Esparce unos cuantos puñados del sustrato de su jaula vieja en su nueva casita. Además, debera tener preparados el comedero y bebedero.
- Ahora toca meter al hámster en su nueva jaula; si lo has transportado en una cajita de cartón, lo mejor es ponerla dentro de la jaula y abrirla, dejando que sea el hámster el que salga. Cuando lo haya hecho, saca la caja y cierra la jaula.
- Ahora debes dejar que se adapte tranquilo a su nuevo espacio. Puedes irte y dejarle solo en la habitación; si te quieres quedar, está bien, pero quédate sentado sin hacer ruido ni movimientos bruscos. Es muy importante que esté tranquilo y no se sobresalte.
- Deja que siga su proceso de adaptación de forma natural: lo más probable es que lo primero que haga sea refugiarse en su caseta. Es normal, no le molestes ni le presiones para salir.
- Durante la primera semana, es mejor que lo dejes a su aire y no lo saques de la jaula, ni lo cojas ni lo toques. Poco a poco irá explorando su entorno, no le fuerces a nada.
- Pasados unos días, el hámster se habrá adaptado: verás que sale de su caseta, se estira, bosteza, sigue su actividad crepuscular. Entonces podrás, poco a poco, empezar a sacarlo y ganarte su confianza.
Ganarse la confianza del hámster
Si tienes un hámster como mascota, especialmente si es el primero, te estarás preguntando cómo hacer para que el pequeño confíe en ti. Cuando el hámster se haya adaptado a su entorno, podrás empezar a domesticarlo. Hace falta un poquito de paciencia, pero no es complicado:
- Para empezar, hazte con unas golosinas para hámsters. Al principio, es mejor dárselas a través de los barrotes de la jaula.
- Abre la jaula y mete tu mano con un poco de comida, el hámster se acercará y se subirá a tu mano para cogerla. No hagas movimientos bruscos ni intentes sacarlo, sé delicado o se asustará.
- Cuando se haya acostumbrado a coger comida de tu mano, puedes probar a acariciarle. Las primeras veces, lo más probable es que huya; no le obligues, inténtalo la próxima vez. Poco a poco tomará confianza.
- ¡En unos días tu hámster tendrá confianza plena en ti y podrás sacarlo, acariciarlo y jugar!
Cómo coger y sujetar a un hámster
Si tienes un hámster como mascota, te habrás dado cuenta de que es un animal blandito y delicado. Por eso es importante que aprendas la forma correcta de cogerlo y sujetarlo sin hacerle daño.
El método del recipiente
Para empezar, es recomendable que utilices este truco, especialmente si tu hámster no está domesticado del todo todavía.
Mete un poquito de sustrato de su casita en una caja de cartón o frasco, y mételo en la jaula; espera a que el hámster se meta dentro y entonces sácalo con cuidado. ¡Tápalo bien con la mano para que no se caiga!
Cómo coger al hámster con la mano
Si tu hámster ya está acostumbrado al contacto contigo, puedes cogerlo con las manos. Nunca te pongas guantes, con ellos perderías la percepción al cogerlo y podrías estar apretando demasiado, o lo contrario, cogerlo muy flojo y podría caerse. Si lo coges con las manos y aún intenta morderte, significa que no está preparado, vuelve de momento al método del recipiente.
Cubre al hámster por arriba y por detrás, formando una especie de escudo protector. Después junta las manos por debajo y sácalo de su jaula. ¡Ten cuidado de que no se caiga! Una sola caída suele ser mortal para un hámster.
Si alguna vez te muerde, procura no hacer movimientos bruscos ni sacudirlo, podrías hacerle daño. Mantén la calma y vuelve a dejarlo seguro en su jaula.
Sujetar al hámster por la nuca
No es recomendable que sigas este método si eres principiante. De hecho, hace falta mucha práctica y sólo los profesionales de las mascotas suelen agarrarlos así. Consiste en agarrar al hámster por el pliegue de piel de su nuca, tal y como lo haría su madre, con los dedos pulgar e índice. Aunque parezca un poco salvaje, esto no les hace daño, pero si no lo haces bien podrían girarse y morder, especialmente los hámsters más grandes.
¡Ojo! Nunca, NUNCA, cojas a un hámster por sorpresa desde arriba. Creerá que ha sido cazado por un ave rapaz y se asustará. Es seguro que te morderá para defenderse.
Puede que te lleve un poco de tiempo, pero ¡no te preocupes! Seguro que tu hámster se acabará acostumbrando a ti y podrás cogerlo sin problemas, jugar, meterlo a la rueda… Solo hace falta un poco de paciencia y cuidado.