Las glándulas anales de los perros cumplen una misión muy importante, como es lubricar el recto para que sus deposiciones salgan más fácilmente. Sin embargo, esta parte de su cuerpo debe ser cuidada adecuadamente, ya que de no hacerlo se pueden presentar problemas graves en el animal.
Vayamos por pasos conociendo todo lo que debes saber sobre las glándulas anales de los perros.
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Glándulas anales de los perros: ¿qué son?
Las glándulas anales de los perros (también están presentes en la anatomía de los gatos) son unos pequeños órganos encargados de segregar una sustancia, que se encuentran ubicados a ambos lados del ano.
¿Para qué sirven las glándulas anales en los perros?
Su función principal consiste en almacenar una sustancia que sirve como lubricante y que se emplea en el momento de defecar para que el vaciado resulte mucho más sencillo.
El aspecto de ese lubricante puede ser de color amarillento o marrón, dependiendo del animal. Por ello, si encuentras rastros del mismo en la cama de tu perro, en el suelo o en tu sofá (si permites que el perro se suba en él) es porque, posiblemente, tu mascota sufra un exceso de ese líquido en sus glándulas anales.
Además de lo mencionado, dichas glándulas tienen otro objetivo muy importante. El olor que desprenden por ellas le proporciona a cada animal una identidad única. Y aquí va una curiosidad: ¡esta es la razón por la que los perros se huelen el trasero unos a otros! ¡Para conocerse a través de su propio olor!
Gracias al mismo, los canes obtienen del otro peludo información sobre su sexo, estatus, su temperamento, etc.
¿Por qué es importante vaciar las glándulas anales caninas?
Lo normal es que los perros vacíen, de manera natural y por sí mismos, las glándulas anales.
No obstante, algunas circunstancias, como los embarazos en las perras, una mala alimentación, la obesidad canina, enfermedades, traumatismos o una edad avanzada del animal, pueden complicar esta acción. Si eso sucede y tu mascota no puede vaciar sus glándulas, se pueden presentar diversos problemas de salud. Entre ellos:
- Mal olor.
- Quistes.
- Abscesos.
- Infección.
- Adenomas.
- Inflamación.
- Adenocarcinoma.
Por esta razón es relevante prestar atención a tu mascota por si pudiese estar teniendo problemas y el líquido se esté acumulando.
Si es así, deberás tener en cuenta que alguien tendrá que ayudarle a vaciar esas glándulas. Ese alguien puedes ser tú y tendrás que hacerlo, aproximadamente, una vez al mes, aunque esto también variará dependiendo de la cantidad de lubricante acumulada.
Por supuesto, también puedes acudir a un profesional para que realice esta acción, como puede ser un veterinario o un peluquero canino. No obstante, si te ves capaz, estos serían los pasos a seguir para ello.
Identificación y pasos para vaciar las glándulas anales de los perros
Como hemos dicho, puedes acudir a un profesional para que ejecute esta tarea. Tanto los veterinarios como los peluqueros de perros están muy acostumbrados a la misma y sabrán en todo momento qué hacer.
Sin embargo, no es una labor excesivamente complicada que podrás hacer tú mismo, siempre y cuando no haya inflamación u otro de los problemas derivados mencionados.
Para llevar a cabo el vaciado, lo ideal es que te sitúes en un lugar como el baño o la terraza, donde haya espacio para que una persona sujete al perro y otra proceda a vaciar sus glándulas. Es importante que quien vaya a hacerlo se coloque unos guantes.
Lo primero es identificar las glándulas anales del perro, ubicándolas donde se muestra en la siguiente imagen:
Pasos para vaciar las glándulas anales del perro
Una vez tienes ubicadas las glándulas, el siguiente paso será colocar una gasa en el ano, puesto que al hacer presión, el líquido a veces puede salir con mucha fuerza y podría caer en tu ropa… ¡O en tu cara!
Es fundamental, como decíamos, que otra persona sujete al animal, pues la tendencia de este va a ser sentarse y obviamente debe permanecer de pie.
Comienza con un suave masaje por la zona hasta que tengas bien localizadas las glándulas. Luego, cuando las identifiques, haz una leve presión en cada bolsa, colocándola entre el dedo pulgar y el índice, masajeando de delante hacia atrás.
A continuación, presiona más fuerte para que el líquido salga. Lo notarás en seguida si estás presionando donde debes y si la obstrucción no es persistente. En caso de que sí lo fuese, va a ser necesaria la intervención de un veterinario, pues habrá que proceder a introducir un dedo en el ano para exprimir la glándula. ¡Pero esto no es algo que debas hacer tú en casa!
Si has podido sacar el líquido con facilidad, debes tener en cuenta que este va a producir un olor muy fuerte. Sí, sabemos que no es muy agradable, pero de verdad que es muy necesario si tu perro no puede vaciar las glándulas por sí mismo.
Cómo saber que un perro no está vaciando sus glándulas anales
Existen diversos síntomas que pueden indicar que un can no está vaciando adecuadamente sus glándulas anales. Entre dichos síntomas están:
- Arrastra el ano por el suelo.
- Se lame la zona o se la mordisquea con frecuencia.
- Muestra signos de dolor al defecar.
- Está intranquilo y apático.
- Desprende un olor muy fuerte y diferente al normal.
- Los sacos anales se muestran más visibles, a causa de la inflamación.
- Puede presentar fiebre en algunos casos.
Cómo prevenir los problemas de vaciado de las glándulas anales en los perros
Si quieres evitar que tu perro sufra los problemas de vaciado de sus glándulas anales, hay ciertas pautas que puedes seguir.
La principal será proporcionarle una alimentación rica en fibra y apropiada para sus necesidades. Esto le ayudará a evitar la obesidad y el estreñimiento.
Además de esto, lo ideal es que observes con regularidad cómo son las deposiciones de tu mascota o si detectas que este siente molestias en la zona anal al defecar. Si notas algún problema en cualquiera de esos dos aspectos, es importante que acudas al veterinario para que este pueda poner remedio.
Por último, debes tener en cuenta que hay ciertos perros que están más predispuestos a tener problemas en sus glándulas, como son, además de los mencionados anteriormente, aquellos canes que tienen entre 3 y 8 años de edad, los machos dominantes o los pocos sumisos y los perros que no han sido esterilizados.
Ten todo lo que te hemos comentado muy presente, pues la salud de tu mascota está en juego… ¡Y en tus manos!