Puede que hayas detectado los síntomas de una depresión en tu perro si acabas de mudarte de casa, o si ha llegado un nuevo bebé. Tu perro, habitualmente alegre y activo, de repente se ha vuelto triste y apático. Esto podría ser una depresión.
La depresión en humanos ha sido estudiada muchas veces y está muy documentada, pero no todo el mundo sabe que los perros también pueden sufrirla. De hecho, presentan signos muy similares.
En este artículo te enseñaremos los clásicos síntomas y posibles tratamientos de la depresión en perros.
Síntomas de la depresión en los perros
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Los síntomas de la depresión canina son muy parecidos a los de los humanos. Pueden estar algo irritables y decaídos, tener bajos los niveles de energía, dormir más de lo habitual, no querer interactuar con su familia… Sin embargo, estos pueden ser también síntomas de otras patologías, por lo que no debemos dar por hecho que nuestro perro sufre depresión. Vamos a ver detenidamente algunos síntomas de depresión en perros:
- Alteraciones del comportamiento: portarse de forma diferente a la habitual, sufrir episodios de irritabilidad, aislarse del núcleo familiar, parecer falto de energía y rechazar paseos y juegos.
- Disminución de excitabilidad: si tu perro suele ser muy alegre y juguetón, incluso travieso, y de repente parece sin vida, puede ser un signo de depresión.
- Exceso de sueño: ¿has notado que tu perro duerme más de lo normal? Lo habitual para un perro es dormir mientras su familia está en el trabajo y mantenerse activo cuando esta está en casa. Sin embargo, si tu perro sigue apático y queriendo dormir durante todo el día, o si bien no duerme pero está quieto en su cama y no quiere salir, es posible que esté deprimido.
- Menos energía: ¿al salir de paseo se cansa antes de lo habitual? ¿No quiere jugar ni se mueve mucho por la casa? La falta de energía es también un síntoma propio de la depresión canina.
- Cola caída: falta de movimiento de la cola, ya no está erguida ni la agita.
- Comer en exceso o falta de apetito: dependiendo de cada perro, pueden reaccionar a la depresión no comiendo o comiendo de más, aumentando o disminuyendo su peso significativamente.
- Inquietud: sí, por raro que parezca, algunos perros no se muestran apáticos, sino más nerviosos de lo habitual. Por ejemplo, pueden tener problemas para dormir por la noche.
- Hacer pis o caca dentro de casa, en vez de pedir salir a la calle.
Causas de la depresión en los perros
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Igual que ocurre en los humanos, la depresión canina puede deberse a diversos factores, más allá del desequilibrio hormonal o mental del animal, como:
- Abuso: ¿Tu perro tuvo un propietario anterior que lo maltrató? Es muy habitual que los perros que han sufrido abusos desarrollen temores, desconfianza y depresión a largo plazo.
- Depresión clínica: Si el resto de causas potenciales de depresión son descartadas, queda la depresión clínica. En este caso, podría necesitar tomar antidepresivos.
- Muerte de algún familiar, ya sea canino o humano. Los lazos que los perros crean con sus propietarios son tan grandes que la pérdida de un miembro puede causarles depresión.
- Propietario deprimido: los perros sienten una gran empatía con sus amos y les afecta lo que nosotros sentimos.
- Entorno: cambios en el entorno del perro pueden causarle depresión. Variación de las atenciones, una mudanza, cambio del lugar para dormir… En general, las alteraciones de la rutina del perro.
- Soledad: un perro aislado y aburrido experimenta mucha tristeza.
- Condiciones médicas subyacentes: algunas enfermedades pueden provocar sentimientos depresivos.
- Falta de responsabilidad en el cuidado de las mascotas, abandonos…
- Vejez: es algo habitual que los perros se vuelvan más apáticos según envejecen.
- Cambios de clima, como por ejemplo tormentas.
Tratamiento de la depresión en perros: en casa
La mayoría de los perros deprimidos se recuperan a los pocos días o semanas, incrementando los cuidados y atenciones. La clave es hacer que se sientan queridos y mantenerlos activos. Además, recompensar con caricias o chucherías caninas al perro cuando esté contento o satisfecho por la actividad que realice. Por ejemplo, podéis salir a pasear por el campo, ir a la playa, al parque… Observa cómo reacciona y qué es lo que más le gusta.
Es muy importante no alentar el comportamiento negativo, si le das premios cuando se muestra triste, creerá que eso es lo que debe hacer.
Nuestro amigo necesita todo nuestro cariño y atención para salir de ese estado de inactividad en el que está metido.
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Tratamiento de la depresión en perros: las medicinas
Los antidepresivos no deben suministrarse al perro sólo porque sospechemos que tiene depresión, o por prevenir. Los tratamientos por antidepresivos son agresivos y deben utilizarse sólo como último recurso. De hecho, no son siempre eficaces, ni en personas ni en perros; incluso, en el caso del perro, pueden ser contraproducentes. Al fin y al cabo no pueden comunicarnos cómo se sienten mientras están medicados.
Lo mejor para el tratamiento de la depresión en perros es intentar detectar lo que le causa ese estado y solucionarlo eliminando ese estímulo negativo, dándole atenciones y cariño.