Tenemos que reconocerlo: a muchos se nos cae la baba viendo a los bebés. ¡Sobre todo cuando están durmiendo tranquilamente! Pero si hay algo que nos resulta más tierno que un bebé echándose una siesta, es un bebé durmiendo con un perro.
Siempre de forma supervisada y habiendo entrenado al perro para que sea capaz de convivir con el bebé, la experiencia puede ser única y muy buena para el niño. ¡Y no solo por la felicidad que pueda traer, también por salud! ¿Sabías que en Finlandia se descubrió que los bebés que conviven con perros tienen menos posibilidades de sufrir un catarro? En definitiva, desarrollan un sistema inmunitario más fuerte que el resto.
Aun así, cada caso es diferente. A la hora de decidir tener en casa a un perro y a un niño hay que informarse y preparar al perro para lo que le toca. Pero hay una cosa que sí tenemos clara: estas diez fotos son demasiado adorables.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *