¿Tu gato no hace más que adelgazar aunque come como siempre y no lo entiendes? Esta es la más clara señal de que podría tener hipertiroidismo. En este artículo te lo explicamos todo sobre este problema de tiroides en gatos, ¡más común de lo que piensas! Empezamos.
Problema de tiroides en gatos
El hipertiroidismo es un exceso de segregación de la hormona tiroides, lo cual genera un desequilibro general en todo el organismo del gato. Su metabolismo se acelera y hace que pierda peso, ya que a su cuerpo no le da tiempo a asimilar los nutrientes de los alimentos que ingiere. Por eso, adelgaza aunque siga comiendo como siempre, o incluso aunque coma más de lo habitual.
Este problema de tiroides en gatos no es habitual en los más jóvenes, apenas el 5 % de los casos se dan en gatos menores de 10 años. Lo normal es que ocurra en gatos ya bien mayores; el riesgo se multiplica a partir de los 13 años aproximadamente, aunque la genética y la raza influyen.
Síntomas del exceso de hormona tiroides en gatos
Cuando un gato tiene hipertiroidismo, lo general es que muestre las siguientes señales:
- Pérdida de peso significativa, aunque no se produzcan cambios en su alimentación habitual.
- Acelera el ritmo cardíaco.
- Problemas respiratorios.
- Altera la frecuencia de micción y defecación.
- Altera el apetito y la sed: gasta su energía e hidratación más deprisa, por lo que come y bebe más que antes.
- Su piel y su pelo se ven envejecidas, debilitadas o incluso hay descamaciones u otras lesiones.
- Hiperactividad.
- Depresión, humor inestable.
Como ves, se trata de síntomas muy variados, porque el hipertiroidismo afecta al gato en muchos órganos diferentes. Sin embargo, no todos los gatos tienen por qué presentar todos los síntomas ni con la misma intensidad; la pérdida de peso sí aparece prácticamente en todos los casos.
Tratamiento del hipertiroidismo felino
Si sospechas que estás ante un desequilibrio de la hormona tiroides en gatos, ¡lleva a tu mascota al veterinario cuanto antes!
Lo habitual es que para realizar un diagnóstico sea suficiente con un análisis de sangre. Sin embargo, como los niveles de la hormona tiroides pueden fluctuar, a veces los resultados no son concluyentes y es necesario repetir la analítica. En ocasiones el incremento en tamaño de la tiroides es incluso detectable al tacto.
En función de cada caso particular, el tratamiento podrá ser de tres tipos diferentes. El veterinario decidirá cuál es el más apropiado:
- Medicación oral: mantiene el problema al margen, pero no lo cura. Por ello, es un tratamiento de por vida.
- Cirugía, que acaba de raíz con el problema.
- Tratamiento con yodo radiactivo, cada vez más utilizado y muy eficaz.
Si tu gato tiene hipertiroidismo, ¡no es culpa tuya! Es una enfermedad que no se puede prevenir. Simplemente ocúpate de cuidar de tu gato lo máximo posible siempre, tanto si está enfermo como si no.