La profesión veterinaria es apasionante y gratificante, pero también está llena de desafíos. Algunos de ellos pueden acabar afectando a la salud mental de los profesionales, dando lugar a síndromes como el burnout en veterinaria. El burnout o agotamiento profesional es un problema creciente en el mundo veterinario, que afecta considerablemente a la gestión del día a día en las clínicas. Hablemos sobre ello.
¿Qué es el síndrome del burnout en veterinaria?
El síndrome de burnout en veterinaria se define como un estado de agotamiento físico, mental y emocional que surge como resultado de la acumulación de estrés laboral y otros aspectos negativos relacionados con el trabajo.
En la profesión veterinaria, el burnout puede aparecer por diferentes causas, como señalaremos a continuación.
Qué causa el burnout en veterinaria
El agotamiento en veterinaria puede derivar de diversas fuentes, como son:
- Soportar jornadas laborales muy extensas. Los centros veterinarios, especialmente los entornos de emergencia, pueden tener que cubrir jornadas largas e impredecibles. Esto acaba por afectar al equilibrio entre trabajo y vida personal.
- Empatía constante. Los profesionales veterinarios no solo deben lidiar con los propios desafíos de su profesión, sino que también tienen que gestionar las emociones de los dueños de las mascotas. La empatía constante en casos tan pronunciados puede llegar a ser bastante agotadora.
- Presión financiera. Las clínicas privadas se enfrentan a la necesidad constante de mantener la rentabilidad. Esto puede generar tensiones extra, puesto que los veterinarios deben equilibrar la atención de calidad con la rentabilidad de su negocio.
- Toma de decisiones complejas. La toma de decisiones vinculadas con el tratamiento de animales heridos o enfermos puede generar en el equipo veterinario una carga emocional muy significativa. Sobre todo en los casos en los que los recursos son limitados o los resultados son inciertos.
Como resultado de todo lo dicho puede surgir el burnout en veterinaria, con sus consecuencias negativas en la gestión del trabajo en la clínica.
Consecuencias del burnout en la gestión del trabajo veterinario
Las consecuencias del burnout en veterinaria van mucho más allá del agotamiento profesional. Veámoslo con detalle.
Desinterés y desconexión con la profesión
Un profesional que está afectado por el síndrome de agotamiento puede experimentar una gran pérdida de interés en su trabajo, así como una sensación de desconexión con la profesión.
Esa pasión que lo motivó a cuidar de los animales puede desvanecerse, suponiendo en muchos casos una disminución de la calidad en la atención.
Además, dicha falta de compromiso acabará por traducirse en una menor disposición para actualizarse en lo que a nuevas técnicas y avances en medicina veterinaria se refiere. Esto, a su vez, puede afectar la competencia profesional y progreso de su carrera.
Deterioro en las relaciones interpersonales
El burnout puede afectar a las relaciones interpersonales, tanto en el ámbito laboral, como en el personal.
Al experimentar unos altos niveles de estrés y agotamiento, los veterinarios pueden volverse más propensos a la irritabilidad y a la falta de paciencia. Esto puede acabar resultando en conflictos entre compañeros de trabajo y colaboradores, afectando negativamente el ambiente laboral en la clínica.
Además, este agotamiento puede extenderse a las relaciones personales, impactando en la capacidad del veterinario para participar plenamente en la vida familiar y social.
Incremento de los errores profesionales
El agotamiento puede afectar de forma negativa a la concentración y la atención, aumentado el riesgo de cometer errores en el día a día.
Como sabéis, en la profesión veterinaria, donde las decisiones deben ser, en muchos casos, precisas y rápidas, los errores pueden tener consecuencias muy graves, tanto para los animales como para la reputación del veterinario.
A esto habría que sumarle que este ciclo de errores, así como su impacto en el bienestar animal, pueden exacerbar aún más el estrés, estableciendo un círculo vicioso que afecta a la salud mental y a la calidad del trabajo.
Otras consecuencias del burnout
Además de las consecuencias del burnout en veterinaria y cómo estas afectan al trabajo en los centros, hay otras consecuencias también muy relevantes:
- Problemas en la salud física. Además de los problemas de salud mental, el burnout puede tener repercusiones directas en la salud física de los veterinarios. La mala alimentación, la falta de sueño y el poco ejercicio, habituales en situaciones de agotamiento, pueden contribuir al deterioro de la salud general. Esto no solo afecta la calidad de vida del profesional, sino que también puede resultar en ausencias laborales y disminución de la productividad.
- Resistencia a buscar ayuda. Muchos de los profesionales afectados por el burnout se resisten a buscar ayuda debido a que consideran que deben dar una imagen de ser fuertes y capaces de manejar cualquier situación. Esta resistencia lo que consigue es prolongar el sufrimiento y hacer más difícil la recuperación, pues no contar con el apoyo y los recursos necesarios para tratar el problema puede contribuir a su perpetuación.
Como ves, el burnout en veterinaria es un problema bastante real y creciente, el cual requiere atención. Cuidar el bienestar de quienes cuidan es crucial para garantizar una atención de calidad, en este caso, en el mundo de la veterinaria.