Uno de los muchos principios de la economía dice que: «Los individuos responden a los incentivos«. Y sí, lastimosamente es muy cierto. Todas las personas toman una decisión comparando los costes y beneficios que obtendrán, y esto no varía a la hora de elegir en cuál clínica veterinaria quieren trabajar. Es por esto que es muy importante ofrecer incentivos a los empleados de nuestra clínica veterinaria.
Hoy en día muchas empresas combaten contra las altas tasas de rotación de personal. No es tarea fácil buscar, entrevistar, contratar y entrenar a una persona. Por esto, debemos asegurarnos de ofrecer un ambiente laboral sano y motivador a nuestros empleados y una de las mejores formas de hacer esto es a través de incentivos.
Pero primero queremos definir el concepto de incentivos y qué tipos existen:
¿Qué es un incentivo?
Un incentivo se puede definir como todo aquello que conduzca a que una persona se comporte de una manera determinada. Son estímulos y premios que ofrecemos a nuestros empleados para que consigan un mejor resultado en una determinada tarea. Los incentivos que damos a los empleados de nuestra clínica veterinaria pueden ser tanto económicos como personales:
Incentivos económicos para los empleados de nuestra clínica:
Son aquellos incentivos que pueden ser medidos de forma monetaria. Algunos de ellos son:
- Sueldo: es uno de los motivadores principales a la hora de tomar una decisión sobre dónde trabajar, pero no es definitivo. Un buen sueldo es atractivo, pero si tenemos otros incentivos interesantes, no es el único factor a considerar.
- Bonus: existen muchos tipos de incentivos basados en bonus (bonus por venta, bonus vinculado a la calidad de trabajo del empleado, bonus por ideas). Estos pueden ser pagado en diferentes períodos de tiempo, ya sea mensual, trimestral, semestral, anual, etc.
- Comisión: las dos principales formas de incentivar a los empleados de nuestra clínica veterinaria por comisión son por % de ventas o por margen de ventas. En la primera se le ofrece un porcentaje de cada venta que haga luego de sobrepasar un objetivo preestablecido. En la segunda, la comisión irá amarrada al rendimiento del empleado, ya que dependerá de la cantidad de margen sobre ventas que consiga la empresa a final de un período.
Incentivos no económicos para los empleados de nuestra clínica:
En este grupo irían todos los incentivos que no sean de carácter económico. Las nuevas generaciones dan más importancia al balance entre el trabajo y su vida personal que al salario. Hoy en día no se mide la productividad de las personas por la cantidad de horas al día que trabaje. Al contrario, se mide meramente por resultados, los cuales se ven reflejados directamente con su motivación. Por esto, existen muchos incentivos personas y no monetarios que podemos ofrecerles a los empleados de nuestra clínica veterinaria:
- Reconocimiento: puede ser tanto privado como público. Los empleados reconocidos son empleados que estarán felices y esto se verá reflejado en la productividad del mismo, y por ende en los resultados de la empresa.
- Horario flexible: ofrece la oportunidad de que tus empleados modifiquen su horario laboral. Sí, se que da miedo al escucharlo, pero ¡no va a pasar nada! Permite que tu empleado tenga la flexibilidad de elegir el turno que quiere trabajar el día que necesite hacer un recado, por ejemplo.
- Formación: ofrece cursos y formaciones de diversos temas a tus empleados. Se sentirán más motivados y comprometidos con la clínica.
- Días libres: una buena opción sería dar libre el día del cumpleaños de cada empleado. Pero claro, ¡no puedes descontarlo de sus vacaciones!
Ahora que sabes cuáles son los incentivos que puedes darles a los empleados de tu clínica veterinaria, ¡te animamos a ponerlos en práctica! Si quieres saber sobre más temas de gestión de empleados, te recomendamos nuestro post: «6 habilidades que deben tener los empleados de tu clínica veterinaria»